Sentí
vergüenza ajena
en una peña flamenca cuando
un reputado cantaor,
de cuyo
nombre no quiero acordarme,
para no agotar la poca voz que le quedaba,
se dedicó, entre cante y cante, a
contar historias,
tratando
de copiar al inimitable Chano Lobato.
Falto
de la gracia del gaditano
sólo
sabe contar chistes de mal gusto
y anécdotas con tufo machista
como cuando le sacaron una muela
y apoyaba su cabeza sobre una teta de la dentista
y cosas por el estilo.
la que deberían sentir los fondos buitres,
con la complicidad de algunos políticos,
por echar a la gente de sus
viviendas.
Y
vergüenza
de los patronos que tienen tierras sin cultivar.
les dice por tarantos
¡O las labras o las
dejas!
Salud y libertad para todos
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