En el flamenco solo se usa el
marrón
para hablar del color de los zapatos de baile,
de las castañuelas o del traje de flamenca...
Pero hablando de
marrones,
contaba Pericón que en Cádiz
había un mocito muy presumido
por el que andaba revuelto el mujerío de la Bahía.
El pollo tenía tanto éxito que se pasaba las noches
saltando por las azoteas
para visitar a su múltiples admiradoras.
En uno de esos saltos
tuvo la mala fortuna de resbalar yendo a caer
al pozo del patio de una de sus palomitas
de donde lo sacaron más tieso que un garrote.
Y naturalmente,
el carnaval sacó su coplilla que
grabó en disco,
Cádiz, ciudad de mi alma. Tanguillos
Cante: MANOLO VARGAS
Guitarra: Félix de Utrera
Cante: MANOLO VARGAS
Guitarra: Félix de Utrera
Salud y libertad para todos
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