19_05_2021
Aquí
AFICIONADO FLAMENCO
En
1992 al tiempo que fallece Camarón,
Enrique Morente publica su disco
“Negra, si tú supieras”
acorde
con los nuevos estilos que caracterizan
la
música esta década.
En
1995 Carlos Saura estrena su
película
Flamenco,
fascinante
largometraje documental
que
abre las puertas del cante, del toque y del baile
flamencos.
Y lo
más importante:
En
1997, mi mujer y yo no convertimos
en
abuelos por primera vez.
En
el ya citado disco de Enrique Morente,
en
la pista tres, hay una rumba titulada
“Balada de los dos abuelos”
que, con letra de Nicolás Guillén, comienza diciendo:
Sombras que yo solo veo
Me escoltan mis dos abuelos
<<Justo aire de rumba flamenca para Nicolás Guillén. Un encuentro, una definición del flamenco, síntesis de lo blanco y lo negro, esencia del mestizaje: África, Andalucía, los dos abuelos, Federico y Facundo, el abuelo negro, el abuelo blanco. Nunca una rumba con esos aires de "ida y vuelta" habrá tenido un carácter tan poético e intelectual, pero Morente hace el prodigio de que suene además fresca, ligera y pegadiza>>
De la "Guía de Audicion" en la edición de EL PAÍS de 2008 comentada por José Manuel Gamboa y Miguel Mora
Salud y libertad para
todos
Sombras que sólo yo veo,
Me escoltan mis dos abuelos.
Lanza con punta de hueso,
Tambor de cuero y madera:
Mi abuelo negro.
Gorguera en el cuello ancho,
Gris armadura guerrera:
Mi abuelo blanco.
África de selvas húmedas
Y de gordos gongos sordos...
¡me muero!
(dice mi abuelo negro.)
Agua prieta de caimanes,
Verdes mañanas de cocos...
¡me canso!
(dice mi abuelo blanco.)
Oh velas de amargo viento,
Galeón ardiendo en oro...
¡me muero!
(dice mi abuelo negro.)
¡Oh costas de cuello virgen
Engañadas de abalorios...!
¡Me canso!
¡Oh puro sol repujado,
Preso en el aro del trópico;
Oh luna redonda y limpia
Sobre el sueño de los monos!
¡Qué de barcos, qué de barcos!
¡Qué de negros, qué de negros!
¡Qué largo fulgor de cañas!
¡Qué látigo el del negrero!
Piedra de llanto y de sangre,
Venas y ojos entreabiertos,
Y madrugadas vacías,
Y atardeceres de ingenio,
Y una gran voz, fuerte voz,
Despedazando el silencio.
¡Qué de barcos, qué de barcos,
Qué de negros!
Sombras que sólo yo veo,
Me escoltan mis dos abuelos.
Don Federico me grita
Y taita Facundo calla;
Los dos en la noche sueñan
Y andan, andan y andan
Yo los junto.
¡Federico! ¡Facundo!
Los dos se abrazan.
Los dos suspiran. Los dos
las fuertes cabezas alzan;
los dos del mismo tamaño,
bajo las estrellas altas;
los dos del mismo tamaño,
ansia negra y ansia blanca.
Los dos del mismo tamaño.
Gritan, sueñan, lloran, cantan.
Sueñan, lloran, cantan.
Lloran, cantan.
¡Cantan!
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