miércoles, 3 de febrero de 2010

EL FANDANGO Y SUS DERIVADOS ( I )


La Ópera Flamenca


El origen del fandango parece ser que fue un baile acompañado de copla o letra.





La palabra fandango aparece por primera vez en 1.702 en un entremés anónimo titulado "El novio de la aldeana" lo que da idea de su antigüedad.



Su aflamencamiento definitivo no llega hasta el último tercio del siglo XIX y su época de mayor apogeo fue a comienzos del siglo XX, cuando el flamenco sale de los
cafés cantantes y se populariza en la etapa llamada de la Ópera Flamenca, nefasta para unos y creativa para otros.


El nombre de ópera se debió al ingenio de algunos empresarios de espectáculos de varietés de principios del siglo XX para pagar menos impuestos al ser considerados como actividad cultural.


Los detractores de esta etapa defienden la idea de que, salvo honrosas excepciones de cantaores comprometidos (Tomás Pavón), las soleares, las seguiriyas, las tonás, etc. son abandonadas y surge una pléyade de "Niños y Niñas de..." que, incapaces de más altos vuelos, se aferran a estos estilos como tabla de salvación que les permitirá vivir muchos años cantando fandangos e interpretando coplas de muertes, cementerios, desamores y otras "milongas".







En mi modesta opinión dicha etapa fue una más en la formación de lo que hoy entendemos por arte flamenco.
Se imponen los recitales en grandes espacios (teatros, plazas de toros, etc.) y el profesional se dignifica. Se populariza el flamenco y llega a mucha más gente.


El público de estos espectáculos, poco versado en el cante puro y jondo, pide fandanguillos, fandangos, milongas y otros estilos más ligeros y festeros. Nace otro tipo de flamenco que no gusta a los puristas y ortodoxos de siempre y que yo no digo que sea mejor ni peor pero sí diferente. Para mí es, pues, una etapa creativa.



Surge la figura irrepetible de José Tejada, Niño de Marchena primero y Pepe Marchena después, junto a otras no menos importantes como la Niña de los Peines,
Pepe Pinto, Manuel Vallejo y más tardíamente la Niña de la Puebla y Juanito Valderrama. Y sobre todo es la época de la creación de un montón de fandangos personales que siguen cerrando los festivales de hoy: el Niño Gloria, el Niño de la Calzá, Pérez de Guzmán, el Carbonerillo, el Peluso, Pepe Palanca y un largo etcétera.




En el montaje, Pepe Marchena, acompañado a la guitarra por Paquito Simón, canta unos originales y personalísimos fandangos, dedicados a la guitarra, con letra y música de su creación.


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Pepe Marchena

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