Los cantos de cuna o nanas para arrullar a los niños forman parte del inmenso repertorio del folclore de todos los rincones de la geografía española.
La nana andaluza es, posiblemente, una de las más antiguas y no todos los autores la consideran como un cante flamenco. Don Tomás Andrade de Silva, catedrático del Real Conservatorio de Música de Madrid, dice al respecto:
""... la nana andaluza puede creerse flamenca en su entraña, en la médula sustancial de su inspiración melódica, pero no en la constitución simple de sus frases musicales totalmente alejadas de la complicada y larga conformación de los tercios de los cantes jondos ...""
Siempre se ha creído que este cante estaba reservado a las voces flamencas femeninas. Así debió ser en su origen ya que era la mujer la que arrullaba amorosa y deliciosamente al niño, a palo seco. Sin embargo la primera nana que queda registrada en disco la interpreta un hombre: Bernardo el de los Lobitos para la antología de Hispavox de 1.954.
""Era la ternura del cante, el Azorín de la copla flamenca. Cantaba con la delicadeza de un pájaro y con el sentimiento de un alma en pena"" (Agustín Gómez)
Dada su función arrulladora, no parece muy necesario el compás, ni el ritmo, ni el acompañamiento estruendoso. Perico el del Lunar lo hace, artificial pero acertadamente, con aire de tango lento,
""... en un sostén de feliz tacto y de intención contrapuntística...""
que dirá el autor ya citado en el libreto de la Antología.Bernardo el de los Lobitos. "A dormir va la rosa" Nana acompañada por Perico el del Lunar.
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En el siguiente audio podemos escuchar "Duérmete lucerito", nana cantada por Pepa de Benito, acompañada por Antonio Moya, en una versión arítmica y basada en la anterior aunque con ciertas variantes melódicas.
Pepa de Benito y Antonio Moya. "Duérmete lucerito". Nana.
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Estas son las dos versiones musicales de la nana que, con las variantes personales de cada intérprete, más se cantan en la actualidad. Dada su belleza y contenido flamenco indiscutible, muchos artistas han incorporado este estilo a su repertorio cambiando, a veces, la fisonomía de una canción materna por letras amorosas, y de todo tipo, y utilizando otros palos o estilos básicos. Encarnación La Sallago tiene grabada una nana por bulerías, El Chato de la Isla lo hace así mismo por soleá, Dolores la del Cepillo le da aires de romance, El Niño de Barbate utiliza el ritmo y el compás de las cantiñas, Carmen Linares la termina con la seguiriya de María Borrico, Manuel Gerena lo hace por trilleras ... Y la lista sería interminable.
El más claro ejemplo de la evolución de este estilo flamenco lo constituye la "Nana del caballo grande" (García Lorca / Ricardo Pachón) de Camarón de la Isla (del revolucionario disco "La Leyenda del Tiempo") que incorpora como acompañamiento musical el sitar indio (Gualberto) y un teclado (Manolo Marinelli)
""Para amortiguar el desnudo sonoro de la voz y el sitar, Manolo Marinelli aporta un colchón de teclado que sirve de guía armónica al cante, en este caso sobre la nana de las Bodas de Sangre con la que Lorca abre el cuadro segundo del primer acto (...) Escuchamos la voz de Camarón recreando la nana flamenca, aportando dramatismo y un acentuado sentido poético"". (FLAMENCO de la A a la Z de Radiolé)